Royal Wedding Cakes (III)

La tarta de Magdalena de Suecia y Christopher O’Neill (Estocolmo, 8 de junio de 2013)

En el post de «Royal Wedding Cakes (II)» pudimos ver las fotos de la impresionante tarta nupcial de los príncipes herederos de Suecia, Victoria y Daniel Westling. Sin embargo, el pasado 8 de junio, se casó la hermana pequeña de Victoria, Magdalena, pero no hubo fotos oficiales de la celebración, ni tampoco de su pastel del bodas (imagino que el motivo es porque ella no es princesa heredera y, no tiene interés público la cosa).

Yo ya había pensado que ya me había quedado sin pastel para publicar en My Sweet Lawyer. ¡Pues no! Si bien no existen fotos oficiales de la celebración de la boda de la princesa Magdalena, un invitado hizo una foto con su móvil y la colgó en twitter. La encontré trasteando por internet cuando ya me daba por vencida.

Como veis, se trata de una impresionante pirámide hecha sólo con macarons de todos los colores y sabores hecha por el Chef Stefano Catenacci (que también se encargó del resto del convite así como de la boda de Victoria y Daniel).

Se estima que contendría alrededor de 3.500 macarons perfectamente colocados en fila (he de reconocer que me gusta bastante más esta disposición que la clásica de las pirámides, en la que los macarons están dispuestos de frente). La tarta está adornada en los bajos con rosas, probablemente de mazapán, un postre típico de Suecia.

Y, cómo no, una foto de los novios.

M.

My Sweet Wedding

Buenas noches a todos:

Pues para ir predicando con el ejemplo, os dejo aquí la entrada con los dulces de mi boda.

Os pongo en antecedentes:

Al y yo nos casamos el 1 de octubre de 2011 en la capilla del colegio Jesús-María de Madrid, donde yo estudié el bachillerato y después, lo celebramos en el Hotel Westin Palace de Madrid.

Como nosotros somos bastante golosillos (nuestras familias ya ni os cuento) decidimos que queríamos darle algo de protagonismo al momento del corte de la tarta. Si bien nosotros somos más fans de la repostería tradicional por su sabor y textura, para nuestra boda no queríamos la típica tarta de fresas, sino algo más especial y cuidado que estuviera en consonancia con la temática de nuestra boda: la música.

Todos los dulces los encarmanos a The Jewel Cake Company.

La tarta nupcial:

Sólo había un requisito imprescindible: la tarta tenía que ser de chocolate. Como iba a estar decorada con fondant (pasta de azúcar), el relleno debía ser de bizcocho para que fuera lo suficientemente consistente y aguantase el peso del fondant. Y a mí los bizcochos que más me gustan son los de chocolate.

Al final elegimos la tarta “Chocolade”: un esponjoso bizcocho hecho a base de una combinación de chocolates relleno de suave crema de chocolate belga.

Este es el diseño que yo misma dibujé y que le envié a Patricia de The Jewel Cake Company.

Y este fue el resultado: tal cual. Como a Al y a mí no nos hacían gracia los típicos muñecos de tarta, nos pusieron un precioso topping hecho con rosas blancas naturales e hypericum rojo.

Para presentar la tarta y llenar un poco el espacio (ya que nuestra boda no era especialmente numerosa), decidimos ponerla en una mesa dulce en medio del salón.

Como veis era preciosa.

Los cupcakes:

Nada mejor para acompañar el baile que unos deliciosos y pequeños cupcakes de diseño.

Estos eran de carrot cake

Red velvet

Limón (Al’s choice!!)

Galletas:

También había galletas de vainilla con claves de sol.

Y otras con forma de mini tartas de boda.

Cake pops:

De brownie!

Macarons:

Un clásico haciendo guiño a mi repostería favorita: la francesa.

Un sinfín de sabores diferentes.

Gominolas:

Y no podían faltar las gominolas (¡los invitados se las llevaban puestas en los ojales de las solapas de las chaquetas!).

Os puedo asegurar que ni Al ni yo conseguimos probar NADA de la mesa dulce…. Los invitados arrasaron con todo antes de que nos diésemos cuenta (y eso que habíamos comido opíparamente, incluída una apple strudel de postre …)

Muchas personas me preguntaron cómo calculamos las cantidades para que no sobrase nada. Patricia nos recomendó poner una mesa pensando en el 70% de los invitados. Es decir, si nuestra boda fue de 120 personas, la mesa dulce estaba pensada para 84 personas. (excepto la tarta, que sí estaba pensada para que todo el mundo tuviera un trozo).

Detalle para los invitados:

Nosotros como detalle para los invitados encargamos cajas de los típicos caramelos de violetas madrileños en La Violeta, una de las confiterías más famosas de Madrid (a Álvaro le pirran). También llevamos a un chulapo que repartió barquillos entre los invitados.

Para las violetas no encargamos el típico arreglo de boda (que los tienen, con etiquetas con los nombres de los novios y envoltorios especiales de boda). Nosotros encargamos las cajas típicas de toda la vida, porque eran más baratas, llevaban muchos más caramelos y además,  vienen envueltas de la manera tradicional que nos gustaba mucho más.

Además, llevamos a un chulapo que repartió barquillos entre los invitados.

Aquí tenemos a Alvin disfrutando de su barquillo.

Mi suegro estaba feliz porque él de pequeño iba a comparlos el domingo al Parque del Retiro y según me ha contado, le pagaba con sellos de correos.

Recena:

En la recena (la mesa dulce ya había volado para entonces), a parte de unas medias noches de jamón serrano, se sacaron croissants con chocolate caliente y una tarta de fresas hojaldrada cortada en trocitos pequeños.

Y aquí estamos los felices novios cortando la tarta al son del “Love and Marriage” de Frank Sinatra.

Espero que os haya gustado.

M.

Royal Wedding Cakes (II)

La tarta de Charlene Wittstock y Alberto de Mónaco, Príncipes de Mónaco (Mónaco, 2 de julio de 2011)

Charlene y Alberto se casaron rodeados de polémica el 2 de julio de 2011 en Mónaco. Los novios eligieron una impresionante tarta de siete pisos. La tarta fue obra del prestigiosos chef Alain Ducasse. La tarta tenía metro y medio de diámetro y medía dos metros y medio de alto.  Cada nivel estaba formado por un bizcocho esponjoso de almendras, con una fina compota de grosellas y una mousse ligera de vainilla, recubierta de chocolate blanco y de algunas perlas de grosel. Según he podido leer en la página de las bodas reales de la revista ¡Hola!, se necesitaron más de 2.000 flores de azúcar para la decoración y más de 50 kilos de fresas.

El estilo monegasco se plasmó en la tarta sin ninguna duda: la más pomposa que he visto hasta la fecha.

Como curiosidad, la flor que corona el pastel es una protea, símbolo nacional sudafricano que se incluyó en la tarta como homenaje a la princesa Charlene.

La tarta de Máxima Zorreguieta y Guillermo de Holanda (Ámsterdam, 2 de febrero de 2002)

La Casa Real Holandesa no dijo de qué estaba hecha la tarta. Lo único que se sabe es que las cintas que cuelgan de la tarta corresponden a una tradición argentina.  Al parecer,  consiste en que las amigas solteras de la novia deben tirar de una de ellas. La que saque un pequeño anillo, será la próxima en casarse.

Los príncipes de Holanda, sí que usaron una espada para cortar la tarta.

La tarta de Victoria de Suecia y Daniel Westling (Estocolmo, 19 de junio de 2010)

Para su boda, Victoria y Daniel eligieron un enorme pastel con forma de trébol de cuatro hojas de 11 pisos.

La tarta medía más de 3 metros de altura,pesaba  250 kilos.

Como curiosidad, el 95 por ciento de los ingredientes eran orgánicos: crujiente de chocolate blanco, crema de almendras y mousse de fresas silvestres y champagne.

Los recién casados cumplieron también con la tradición de partir juntos el primer trozo de tarta, pero no veo bien si utilizaron espada o cuchillo.

Da gusto ver lo feliz que estaba esta chica el día de su boda. No como la pobre de Mónaco.

La tarta de Mary Donaldson y Federico de Dinamarca (Copenhague, 14 de mayo de 2004)

Se trabataba de una tarta de diez pisos, que medía 2 metros y pesaba 90 kilos. Casa piso estaba formado por una tarta de forma octogonal. Algunas de las tartas eran de almendra y otras, de chocolate. Todos los pisos estaban cubiertos por mazapán blanco y cuidadosamente decorados con rosas y coronas de mazapán. En los laterales estaban las iniciales de los novios y unos corazones en chocolate.

¡Mira qué majetes los muñecos de la tarta!

La tarta no se sirvió de acuerdo con la tradición danesa.

La tarta de Mette-Marit y Haakon de Noruega (Oslo, 25 de agosto de 2001)

La tarta nupcial medía dos metros y 69 cm de alto y tenía siete pisos rectangulares. La tarta pesaba la friolera de 140 kg. La tarta era la típica de ron con pasas. Como curiosidad, los bizcochos estuvieron estuvieron 14 días en ron y coñac.

Cada pastel estaba decorado como si fuera un barco vikingo (a mí me parecían gárgolas desde aquí pero bueno….)

Mmmm… parece que en Noruega también se lleva lo del corte con espada.

La tarta de Letizia y Felipe, Príncipes de Asturias (Madrid, 22 de mayo de 2002)

La Casa Real Española no distribuyó una foto del corte de la tarta (¡sosos! aunque yo sí que la he visto, jejejeje), pero sí que tenemos la de la tarta solita antes de ser cortada.

El pastelero Francisco Torreblanca, de Elda (Alicante),fue el elegido por la Casa Real Española para elaborar la tarta nupcial.

La tarta nupcial recibió el nombre de Gianduja Real: constaba de un bizcocho de aceite de oliva y pipas de calabaza relleno de la mousse de gianduja (hecha a base de praliné de avellana) y mousse de chocolate.  La tarta estaba decorada con frutas del bosque y caramelo de calabaza.

La  presentación de las tartas estaba  dispuesta en  un armazón de ébano de  trece metros y medio de altura por uno y medio de diámetro.

Y una foto de los novios

La tarta de Stépahie de Lannoy y Guillaume de Luxemburgo (Luxemburgo, 20 de octubre de 2012)

A petición de una lectora muy querida 😉 , edito esta entrada para hablaros de la tarta de bodas del Príncipe Heredero del Gran Ducado de Luxemburgo.

En cuanto a la tarta de la que fue la última boda real en Europa, no se puede decir mucho. Se sabe que la pastelería encargada de hacer la tarta fue Oberweis y que el pastel era muy, pero que muy parecido, al que eligieron los Duques de Cambridge para su boda (podéis leer la entrada sobre ese pastel único aquí).

Aquí tenemos al pastelero de Oberweis (como se lee en su delantal) dándole los últimos retoques al pastel.

Como se puede ver, los novios eligieron un pastel de 8 pisos, cuidadosamente decorado. Los cuatro niveles inferiores y las cascadas de flores recuerdan mucho al que hiso Fiona Cairns para la boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton.

No se distribuyeron fotos del corte de la tarta ni tampoco de la recepción, así que aquí pongo una foto de los novios.

M.

Royal Wedding Cakes (I)

La tarta de Catalina y Guillermo, Duques de Cambridge (Londres, 29 de abril de 2011)

Esta impresionante tarta de bodas hecha por la famosa repostera inglesa, Fiona Cairns, fue uno de los secretos mejor guardados de la boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton.

La boda se celebró en la Abadía de Westminster, el 29 de abril de 2011.

Los novios dándose un beso en el balcón de Buckinham Palace.

En la tarta estaban representadas 17 flores que la propia Catalina eleigió por su significado (nada dice Fiona en su página web de que Guillermo participase en esta elección, así que, imagino que por muy príncipe que sea, debió de participar tanto en los preparativos de su boda como cualquier otro novio de sangre no real. Vamos, entre poco y nada).

Por ejemplo, en el segundo piso podemos observar el muguet que simboliza dulzura y humildad.

También estaban representadas las cuatro flores nacionales del Reino Unido: el cardo de Escocia, la rosa de Inglaterra, el narciso de Gales y los tréboles de Irlanda.

Fiona cuenta en su página web que para las decoraciones con manga pastelera, como los enrejados, las filigranas y las conchas, utilizaron la técnica de Joseph Lambeth, pero un poco variada.

También plasmaron varios detalles que Catalina llevaba en su vestido.

El diseño y el montaje de la tarta se transformaron en un auténtico proyecto arquitectónico. La base de la tarta estaba formada por 12 pasteles distribuídos en 4 esquinas que proporcionaban estabilidad a los pasteles de los niveles superiores.

La tarta medía un metro de alto y pesaba 100 kilos.

Fiona cuenta que llevaron la tarta desmontada con mucho cuidado al Palacio de Buckingham y que una vez allí, les dieron una habitación encima de la cocinas para que la pudieran montar.

Se necesitó a un equipo de seis personas durante tres días enteros para montar la tarta.

Después de la boda, se rearmó la tarta y se expuso, junto con el vestido de la novia, en la exposición de verano del Palacio de Buckingham durante los meses de Julio y Octubre de 2011.

Nada dice Fiona del sabor de la tarta en su página web y eso me hace pensar que probablemente, fueran dummies cubiertos con fondant (sobre todo si luego se rearmó y estuvo expuesta al público más de seis meses). Tampoco hay foto de los novios cortando la tarta.

Finalmente, Fiona nos cuenta que, como manda la tradición, los novios guardaron los pasteles de los dos niveles superiores.

M.

El corte de la tarta

Como sabéis, el corte de la tarta, es una de las tradiciones más significativas en la celebración de una boda.

La tradición del corte de la tarta de bodas se remonta a la época de los romanos. Se decía, que la novia debía ser la primera en cortar la tarta con la espada de su marido o sino, su matrimonio no iría por buen camino. Además, en el momento del corte, el marido debía poner sus manos sobre las de ella mostrando que iban a estar unidos y que él iba a protegerla.

Hoy en día, al final del banquete, los novios se levantan y al ritmo de una canción elegida por ellos, cortan la tarta y se reparte entre todos los invitados. Yo personalmente no he visto que se use una espada para cortar una tarta, aunque he de decir que sí lo he visto en fotos de algunas bodas celebradas en los ochenta.

Estos son mis padres en el día de su boda, el 2 de junio de 1984. Como veis, la tarta está empezada porque el fotógrafo se despistó (se fue al salón de al lado donde se estaba celebrando la elección de La Maja de España y claro…..) y no les hizo fotos en el preciso momento del corte. Para cuando el buen hombre se dio cuenta, los camareros ya habían emplatado media tarta….

M.